Asia te graba la palabra viajero a quemarropa, en mayúsculas. La vida transcurre de puertas para afuera, dejando atrás los prejuicios. Templos budistas gigantes, ochomiles, volcanes activos, playas tropicales o territorios inesperados; dónde su asombrosa gastronomía es la guinda del pastel de un combo extraordinario de tradiciones y modernidad.
La Cordillera del Himalaya en Nepal es un festival de colores al viento que te hechizará con sus banderines budistas. Descubrir que Indonesia es mucho más que Bali, y que los arrozales asiáticos son de tal belleza, que seducen al río Mekong saludando desde el Tibet.
Territorios que tienen un pasado violento y una historia reciente llena de sonrisas que te regalan afectuosamente. El lago Baikal en Siberia tras los raíles del soñado Transiberiano, caminar desde el lado más aventurero de la Muralla China; Japón y el monte Fuji, o su tesoro en forma de cerezos en flor. El Holi dando paso a la primavera en India, su incomparable Taj Mahal, o, un amanecer sagrado a orillas del río Ganges que se quedará dentro de ti. Asia es, irremediablemente, un aprendizaje de vida.