Seguro que has escuchado que no tienes que irte muy lejos para tener el paraíso muy cerca: lo tienes en tus manos. En Galicia fue dónde la naturaleza como arquitecto dejó su sello; dónde las meigas marcaron el fin de la tierra en Finisterre. El norte; con sus montes, bosques y pueblos de pescadores. Restaurantes con más estrellas de las que habrías soñado, sidra o pintxos a ritmo de jazz y cine.
En Navarra imagínate una selva teñida con todas las tonalidades de verde, y el lugar de la tierra más parecido a Marte. Envuélvete en el maravilloso caos de la capital, disfruta de una bodega en La Rioja, y cruza Castilla acompañado de los molinos de Don Quijote.
Sueña con el cañón del Colorado más bonito y lo descubrirás allí dónde Gaudí se convirtió en genio. Fascínate del cerezo en flor en Extremadura, y saborea el sur; y déjate arrumbar por sus faros, sus atardeceres, sus pueblos blancos, La Alhambra y Triana. Dos paraísos terrenales en forma de archipiélago, y las espléndidas montañas rocosas de los Pirineos coronando las alturas.
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